Saludo de la Presidenta
María José García Etxaniz
Presidenta
Colegio de Enfermería de Bizkaia
Presidenta
Colegio de Enfermería de Bizkaia
La tecnología, al servicio de las personas
Bienvenido al portal web oficial del Colegio de Enfermería de Bizkaia, uno de los tres colegios de enfermería existentes en la comunidad autónoma de Euskadi.Al igual que nuestro colegio cuenta con una sede física, las nuevas tecnologías nos brindan la oportunidad de disponer de una moderna y capaz sede electrónica. Un nuevo canal de acceso a los servicios que brinda el Colegio, accesible en cualquier momento del día desde cualquier parte del mundo.
Poco a poco, a través de los años, con los sucesivos portales web que hemos ido desarrollando, hemos mejorado nuestra oferta de servicios telemáticos al colegiado y al ciudadano, adaptándola a las capacidades tecnológicas que han ido surgiendo.
Nuestro objetivo es aprovechar al máximo las posibilidades que nos brinda la tecnología para, entre otros aspectos, permitir la realización del mayor número posible de trámites telemáticos con el Colegio, agilizar y facilitar todos los aspectos relacionados con nuestra amplia oferta formativa, mantener una comunicación ágil y constante tanto con los colegiados como con la ciudadanía de Bizkaia, recoger toda la documentación e información pertinente al desarrollo de nuestra profesión en Bizkaia y, por no alargarme, poner a disposición de las enfermeras y enfermeros de Bizkaia los servicios de valor añadido que el Colegio ha conseguido negociar en condiciones exclusivas.
En el desarrollo de este portal hemos tenido en cuenta las necesidades especiales de acceso que tienen determinados colectivos especiales, así como la necesidad de dotarnos de una plataforma accesible desde los distintos soportes tecnológicos y con capacidad multimedia.
Creemos que la tecnología tiene que estar al servicio de las personas y que este portal web debe estar a tu servicio. Por eso, te conmino a que navegues por el portal, hagas uso de él y, si percibes algún aspecto que lo pueda mejorar, nos lo comentes a través de nuestro contacto.
Cien años al servicio del Colegiado
Se tiene constancia documental de que la Organización Colegial de Enfermería de Bizkaia lleva más de cien años trabajando al servicio del colegiado. Pocas instituciones pueden hacer gala de esta constancia, de ser centenarias, y entre ellas, se encuentra la colegial de enfermería de Bizkaia.
Es todo un orgullo y un honor haber formado parte de este tránsito de oficio a profesión. Conviene recordar que aunque la enfermería como actividad sanitaria se viene realizando desde hace siglos, fue la Constitución Española de 1978 la que estableció en su artículo 36 que “La ley regulará las peculiaridades propias del régimen jurídico de los Colegios Profesionales y el ejercicio de las profesiones tituladas”, y hubo que esperar veinticinco años más para que por fin, en el año 2003, se aprobara la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias, en cuyo título preliminar, más en concreto, en su artículo segundo, se establece, como desarrollo del artículo 36 de la Constitución que “a los efectos de esta ley, son profesiones sanitarias, tituladas y reguladas, aquellas cuya formación pregraduada o especializada se dirige específica y fundamentalmente a dotar a los interesados de los conocimientos, habilidades y actitudes propias de la atención de salud, y que están organizadas en colegios profesionales oficialmente reconocidos por los poderes públicos, de acuerdo con lo previsto en la normativa específicamente aplicable”.
Entre estas profesiones sanitarias, tituladas y reguladas, se cita a la profesión enfermera.
Puede decirse de forma clara y meridiana, que en este tránsito de oficio a profesión, la organización colegial, en cualquiera de sus denominaciones o formas organizativas establecidas en cada momento, siempre ha estado presente en la defensa de los intereses de los ciudadanos y de los profesionales, regulando el registro de los titulados, ordenando la profesión, asesorando a la instituciones políticas y administrativas, y realizando un importante esfuerzo por mantener la formación continuada de sus profesionales.
Se tiene constancia documental de que en el año 1904, existía un periódico en Bilbao denominado “El Practicante del Norte1”. No tenemos sin embargo ningún ejemplar localizado de este periódico que nos diera luz sobre su editor o comité de redacción, sin embargo sí se conoce que en el año 1905, un practicante bizkaino, Bruno Azcutia, participó en nombre del Colegio en la III Asamblea Nacional de Practicantes de España celebrada en el Colegio de Médicos de Madrid, entre los días 10 y 12 de mayo2.
Era esta una época en la que los colegios eran oficiosos y tomaban formas distintas en su denominación y organización (colegios, asociaciones, agrupaciones, juntas, etc.), incluso el ámbito de actuación no era la provincia como en la actualidad, sino el municipio, así, había colegio en Tortosa cuando no lo había en Tarragona, en Lerma o Salas de los Infantes, cuando no lo había en Burgos, o en Denia cuando no lo había en Alicante. Había provincias, como es el caso de Toledo que llegaron a tener hasta ocho colegios y dos agrupacioness municipales. Además del propio de la capital, Toledo, había colegios en: Orgaz, Sonseca, Ocaña, Navahermosa, Torrijos, Madridejos, Lilio, con participación activa en sus asambleas de agrupaciones de Yepes o Navalmorales.
El objetivo fundamental de los practicantes y matronas en el primer cuarto del siglo XX era la creación de un colegio profesional a imagen y semejanza del que ya tenían los médicos, sus maestros. Un colegio a través del cual se canalizaran todas sus inquietudes y necesidades, ya fueran laborales o profesionales.
Para ello se dotaron de medios de comunicación profesional, y aquí, el Colegio de Bizkaia también jugó un papel fundamental. Además de disponer de un medio propio ya citado en el año 1904, se conoce su incorporación en agosto de 1909 como propietario del “Boletín de los Colegios de Practicantes de Medicina y Cirugía: Órgano Oficial de los Colegios Unidos”, junto con las provincias y municipios de Madrid, Málaga, Álava, Teruel, Orgaz y Ocaña de Toledo, Sevilla, Alicante y Zaragoza.
Gracias a este Boletín, sabemos que el 15 de julio de 1909 se celebra en el Círculo Mercantil e Industrial de Bilbao, la Junta General ordinaria del Colegio de Practicantes de Vizcaya, en la que sus actas son firmadas, por D. Pablo L. Argumedo como presidente y D. Paulo García Pereda como secretario.
Posteriormente, en el año 1920, celebran una Asamblea Regional de Practicantes Vasco-Navarros, concluyendo que sus reivindicaciones deberían centrarse en la ampliación de los estudios y generar un cambio de denominación proponiendo cambiar el título de Practicante por el de Auxiliar de Medicina y Cirugía.
A partir de aquí los esfuerzos con conseguir una organización colegial fueron constantes hasta su consecución el 29 de diciembre de 1920, fecha en la que la Gaceta publica la Real Orden de 28 de diciembre por la que se establece la colegiación obligatoria de la “clase de los Practicantes”, y el 9 de mayo, fecha en la misma Gaceta recoge la Real Orden de 7 de mayo en la que se recoge la colegiación obligatoria de las Matronas.
Las enfermeras no participaron como tal en la organización colegial hasta que se aprobó el 26 de noviembre de 1944 la Ley de Bases de la Sanidad Nacional de 25 de noviembre, por la que se establece la organización de la sanidad nacional, estableciendo la unificación de las profesiones auxiliares sanitarias a través de los Colegios Oficiales de Auxiliares Sanitarios con sus tres secciones de practicantes. Matronas y enfermeras. Su ámbito de actuación era la provincia, existiendo un órgano central en Madrid que coordinaría a todas las provincias, el Consejo Nacional de Auxiliares Sanitarios.
Al frente de estas tres secciones en Bizkaia estaban Aurelio Goicoechea Sagasti como presidente de la sección de practicantes, Carmen Gallego Vega de Goiti como presidenta de la sección de matronas y Rosario Gaminde Ygartua como presidenta de la sección de enfermeras, si bien esta sección tardo en constituirse una década, primero tomaron el nombre de “Asociación Profesional de Enfermeras Españolas” en el año 1951 y por fin el de Colegio Oficial de Auxiliares Sanitarios-sección enfermeras- en el año 1955.
Otro hecho de gran importancia en la vida de la organización colegial bizkaina fue la unificación de los tres oficios de Practicantes, Matronas y Enfermeras bajo una nueva denominación, la de Ayudante Técnico Sanitario, hecho éste trascendental que se produce mediante Decreto de 4 de diciembre de 1953, unificando sus estudios y creando además sus especialidades.
Este cambio de denominación se produjo además en un periodo de gran crecimiento de la sanidad española. Se construyeron en un periodo de tiempo relativamente corto un número importante de hospitales, entonces llamados “Ciudades Sanitarias de la Seguridad Social” en todas las provincias y municipios mayores. En un número importante de ellas se habilitaron espacios para la creación de las escuelas de ATS, entonces separados por razón de sexo, hasta que, una vez aprobada la Constitución Española del 78, se unificaron.
Fue un periodo éste, el comprendido entre los años cincuenta y finales de los setenta, en los que las enseñanzas enfermeras se integraron en la universidad, en los que la profesión enfermera se desarrolló de forma importante en todos los ámbitos de las instituciones sanitarias y educativas, en las empresas, en las mutuas de accidentes de trabajo, etc. Pero el espaldarazo final, el definitivo, nos llegó con la entrada de las enseñanzas enfermeras en la universidad. Mediante el Real Decreto 2128/1977, de 23 de julio, publicado en el Boletín Oficial del Estado de 22 de agosto de ese mismo año, se aprobó la reconversión de las Escuelas de Ayudantes Técnicos sanitarios (A.T.S.) en Escuelas Universitarias de Enfermería, homologando sus títulos a efectos nominativos (todos pasamos a llamarnos enfermeros), corporativos (una sola organización colegial) y laborales (no habría distingos retributivos entre ATS y diplomados).
Sin embargo, para la homologación académica, los A.T.S. tuvieron que realizar un curso de nivelación de conocimientos, hecho este que se produjo de forma progresiva, aunque no completa a lo largo del tiempo.
Desde la entrada de las enseñanzas enfermeras en la universidad hasta principios del siglo XXI en el que accedemos al grado en enfermería y con ello, al doctorado y por tanto lo que podríamos denominar como el pleno desarrollo de nuestra profesión, la organización colegial enfermera ha propiciado también un cambio que podríamos denominar como exponencial en su quehacer diario. Se han transformado sus instalaciones, se ha mejorado sus servicios, y su presencia en todos los foros donde se debaten asuntos relacionados con la sanidad española son un hecho.
Participamos en todos los órganos de participación profesional establecidos en el Ministerio de Sanidad, informamos todas aquellas normas jurídicas que nos afectan, dirigimos nuestros propios recursos en todas las instituciones sanitarias y un número importante de facultades tienen decanos enfermeros.
La presencia de la profesión enfermera en la vida política y social hoy es normal, tenemos enfermeras que son diputadas, senadoras, alcaldesas, empresarias, etc.
Sin duda este crecimiento exponencial de la profesión enfermera, transitando de oficio a profesión, se debe al esfuerzo colectivo de todas y cada una de las instituciones, corporaciones, asociaciones profesionales, sindicatos, y cualquiera otra forma de organización que tomaran nuestros ancestros, pero lo cierto, y considero que en este momento que celebramos nuestro centenario, debemos ponerlo en valor, que la Organización Colegial de Enfermería de Bizkaia lleva más de cien años participando en todas y cada una de las acciones que han afectado a nuestro colectivo, con sus aciertos y sus errores, como es lógico, pero podemos decir con la cabeza bien alta que cumplir cien años no está al alcance de cualquiera, y la Organización Colegial Bizkaina lo ha conseguido.
Felicidades a todos.
Es todo un orgullo y un honor haber formado parte de este tránsito de oficio a profesión. Conviene recordar que aunque la enfermería como actividad sanitaria se viene realizando desde hace siglos, fue la Constitución Española de 1978 la que estableció en su artículo 36 que “La ley regulará las peculiaridades propias del régimen jurídico de los Colegios Profesionales y el ejercicio de las profesiones tituladas”, y hubo que esperar veinticinco años más para que por fin, en el año 2003, se aprobara la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias, en cuyo título preliminar, más en concreto, en su artículo segundo, se establece, como desarrollo del artículo 36 de la Constitución que “a los efectos de esta ley, son profesiones sanitarias, tituladas y reguladas, aquellas cuya formación pregraduada o especializada se dirige específica y fundamentalmente a dotar a los interesados de los conocimientos, habilidades y actitudes propias de la atención de salud, y que están organizadas en colegios profesionales oficialmente reconocidos por los poderes públicos, de acuerdo con lo previsto en la normativa específicamente aplicable”.
Entre estas profesiones sanitarias, tituladas y reguladas, se cita a la profesión enfermera.
Puede decirse de forma clara y meridiana, que en este tránsito de oficio a profesión, la organización colegial, en cualquiera de sus denominaciones o formas organizativas establecidas en cada momento, siempre ha estado presente en la defensa de los intereses de los ciudadanos y de los profesionales, regulando el registro de los titulados, ordenando la profesión, asesorando a la instituciones políticas y administrativas, y realizando un importante esfuerzo por mantener la formación continuada de sus profesionales.
Se tiene constancia documental de que en el año 1904, existía un periódico en Bilbao denominado “El Practicante del Norte1”. No tenemos sin embargo ningún ejemplar localizado de este periódico que nos diera luz sobre su editor o comité de redacción, sin embargo sí se conoce que en el año 1905, un practicante bizkaino, Bruno Azcutia, participó en nombre del Colegio en la III Asamblea Nacional de Practicantes de España celebrada en el Colegio de Médicos de Madrid, entre los días 10 y 12 de mayo2.
Era esta una época en la que los colegios eran oficiosos y tomaban formas distintas en su denominación y organización (colegios, asociaciones, agrupaciones, juntas, etc.), incluso el ámbito de actuación no era la provincia como en la actualidad, sino el municipio, así, había colegio en Tortosa cuando no lo había en Tarragona, en Lerma o Salas de los Infantes, cuando no lo había en Burgos, o en Denia cuando no lo había en Alicante. Había provincias, como es el caso de Toledo que llegaron a tener hasta ocho colegios y dos agrupacioness municipales. Además del propio de la capital, Toledo, había colegios en: Orgaz, Sonseca, Ocaña, Navahermosa, Torrijos, Madridejos, Lilio, con participación activa en sus asambleas de agrupaciones de Yepes o Navalmorales.
El objetivo fundamental de los practicantes y matronas en el primer cuarto del siglo XX era la creación de un colegio profesional a imagen y semejanza del que ya tenían los médicos, sus maestros. Un colegio a través del cual se canalizaran todas sus inquietudes y necesidades, ya fueran laborales o profesionales.
Para ello se dotaron de medios de comunicación profesional, y aquí, el Colegio de Bizkaia también jugó un papel fundamental. Además de disponer de un medio propio ya citado en el año 1904, se conoce su incorporación en agosto de 1909 como propietario del “Boletín de los Colegios de Practicantes de Medicina y Cirugía: Órgano Oficial de los Colegios Unidos”, junto con las provincias y municipios de Madrid, Málaga, Álava, Teruel, Orgaz y Ocaña de Toledo, Sevilla, Alicante y Zaragoza.
Gracias a este Boletín, sabemos que el 15 de julio de 1909 se celebra en el Círculo Mercantil e Industrial de Bilbao, la Junta General ordinaria del Colegio de Practicantes de Vizcaya, en la que sus actas son firmadas, por D. Pablo L. Argumedo como presidente y D. Paulo García Pereda como secretario.
Posteriormente, en el año 1920, celebran una Asamblea Regional de Practicantes Vasco-Navarros, concluyendo que sus reivindicaciones deberían centrarse en la ampliación de los estudios y generar un cambio de denominación proponiendo cambiar el título de Practicante por el de Auxiliar de Medicina y Cirugía.
A partir de aquí los esfuerzos con conseguir una organización colegial fueron constantes hasta su consecución el 29 de diciembre de 1920, fecha en la que la Gaceta publica la Real Orden de 28 de diciembre por la que se establece la colegiación obligatoria de la “clase de los Practicantes”, y el 9 de mayo, fecha en la misma Gaceta recoge la Real Orden de 7 de mayo en la que se recoge la colegiación obligatoria de las Matronas.
Las enfermeras no participaron como tal en la organización colegial hasta que se aprobó el 26 de noviembre de 1944 la Ley de Bases de la Sanidad Nacional de 25 de noviembre, por la que se establece la organización de la sanidad nacional, estableciendo la unificación de las profesiones auxiliares sanitarias a través de los Colegios Oficiales de Auxiliares Sanitarios con sus tres secciones de practicantes. Matronas y enfermeras. Su ámbito de actuación era la provincia, existiendo un órgano central en Madrid que coordinaría a todas las provincias, el Consejo Nacional de Auxiliares Sanitarios.
Al frente de estas tres secciones en Bizkaia estaban Aurelio Goicoechea Sagasti como presidente de la sección de practicantes, Carmen Gallego Vega de Goiti como presidenta de la sección de matronas y Rosario Gaminde Ygartua como presidenta de la sección de enfermeras, si bien esta sección tardo en constituirse una década, primero tomaron el nombre de “Asociación Profesional de Enfermeras Españolas” en el año 1951 y por fin el de Colegio Oficial de Auxiliares Sanitarios-sección enfermeras- en el año 1955.
Otro hecho de gran importancia en la vida de la organización colegial bizkaina fue la unificación de los tres oficios de Practicantes, Matronas y Enfermeras bajo una nueva denominación, la de Ayudante Técnico Sanitario, hecho éste trascendental que se produce mediante Decreto de 4 de diciembre de 1953, unificando sus estudios y creando además sus especialidades.
Este cambio de denominación se produjo además en un periodo de gran crecimiento de la sanidad española. Se construyeron en un periodo de tiempo relativamente corto un número importante de hospitales, entonces llamados “Ciudades Sanitarias de la Seguridad Social” en todas las provincias y municipios mayores. En un número importante de ellas se habilitaron espacios para la creación de las escuelas de ATS, entonces separados por razón de sexo, hasta que, una vez aprobada la Constitución Española del 78, se unificaron.
Fue un periodo éste, el comprendido entre los años cincuenta y finales de los setenta, en los que las enseñanzas enfermeras se integraron en la universidad, en los que la profesión enfermera se desarrolló de forma importante en todos los ámbitos de las instituciones sanitarias y educativas, en las empresas, en las mutuas de accidentes de trabajo, etc. Pero el espaldarazo final, el definitivo, nos llegó con la entrada de las enseñanzas enfermeras en la universidad. Mediante el Real Decreto 2128/1977, de 23 de julio, publicado en el Boletín Oficial del Estado de 22 de agosto de ese mismo año, se aprobó la reconversión de las Escuelas de Ayudantes Técnicos sanitarios (A.T.S.) en Escuelas Universitarias de Enfermería, homologando sus títulos a efectos nominativos (todos pasamos a llamarnos enfermeros), corporativos (una sola organización colegial) y laborales (no habría distingos retributivos entre ATS y diplomados).
Sin embargo, para la homologación académica, los A.T.S. tuvieron que realizar un curso de nivelación de conocimientos, hecho este que se produjo de forma progresiva, aunque no completa a lo largo del tiempo.
Desde la entrada de las enseñanzas enfermeras en la universidad hasta principios del siglo XXI en el que accedemos al grado en enfermería y con ello, al doctorado y por tanto lo que podríamos denominar como el pleno desarrollo de nuestra profesión, la organización colegial enfermera ha propiciado también un cambio que podríamos denominar como exponencial en su quehacer diario. Se han transformado sus instalaciones, se ha mejorado sus servicios, y su presencia en todos los foros donde se debaten asuntos relacionados con la sanidad española son un hecho.
Participamos en todos los órganos de participación profesional establecidos en el Ministerio de Sanidad, informamos todas aquellas normas jurídicas que nos afectan, dirigimos nuestros propios recursos en todas las instituciones sanitarias y un número importante de facultades tienen decanos enfermeros.
La presencia de la profesión enfermera en la vida política y social hoy es normal, tenemos enfermeras que son diputadas, senadoras, alcaldesas, empresarias, etc.
Sin duda este crecimiento exponencial de la profesión enfermera, transitando de oficio a profesión, se debe al esfuerzo colectivo de todas y cada una de las instituciones, corporaciones, asociaciones profesionales, sindicatos, y cualquiera otra forma de organización que tomaran nuestros ancestros, pero lo cierto, y considero que en este momento que celebramos nuestro centenario, debemos ponerlo en valor, que la Organización Colegial de Enfermería de Bizkaia lleva más de cien años participando en todas y cada una de las acciones que han afectado a nuestro colectivo, con sus aciertos y sus errores, como es lógico, pero podemos decir con la cabeza bien alta que cumplir cien años no está al alcance de cualquiera, y la Organización Colegial Bizkaina lo ha conseguido.
Felicidades a todos.
__________
1 Lasarte Calderay, José Eduardo: La prensa de las profesiones auxiliares sanitarias en Andalucía. Estudio socio-profesional (1916-1939). Universidad de Cádiz. Fecha de lectura: 01/01/1994. Disponible el 17 de noviembre de 2017.
2 “La Cirugía Menor: Revista quincenal. Defenderá los intereses morales y profesionales de practicantes y de Matronas”. nº 10 de 30 de mayo de 1905. Página 11