El Colegio de Enfermería acoge una jornada sobre la participación de profesionales vizcaínos en congresos nacionales e internacionales
8 de marzo de 2022.-
El Colegio de Enfermería de Bizkaia (CEB) ha celebrado su VIII Jornada de trabajos presentados en congresos nacionales e internacionales de enfermería durante el año 2021, una iniciativa que realiza anualmente cada 8 de marzo, festividad de san Juan de Dios, patrono de la Enfermería. La realización de la jornada va ligada a la ayuda económica que el Colegio de Enfermería de Bizkaia destina cada año para cofinanciar la participación de las enfermeras y enfermeros colegiados en este Territorio Histórico en eventos e iniciativas científicas. Esta jornada agrupó un total de ocho exposiciones.
La jornada fue inaugurada por María José García Etxaniz, presidenta del Colegio de Enfermería de Bizkaia y fue moderada por Manuel Guerro, vicepresidente. Asimismo, Ignacio González, secretario general del Colegio, también participó en la organización y dinámica del acto.
Según señaló la presidenta del CEB, «cada año, desde el Colegio de Enfermería de Bizkaia nos tomamos muy en serio el apoyo a la investigación enfermera de nuestros colegiados y colegiadas. Por eso, contamos con todo un plan de respaldo a este ámbito, que incluye diversas iniciativas, tales como la convocatoria anual de los Premios Vicenta López Echevarría a trabajos de Enfermería, una asesoría científica permanente y sin coste añadido o la línea de ayudas para la participación de las y los colegiados de Bizkaia en eventos científicos, tales como congresos, jornadas o simposios».
Tal y como afirmó, «la producción de conocimiento enfermero, así como la actualización permanente de la formación de los profesionales, son dos condiciones esenciales para el correcto progreso de cualquier disciplina científica, especialmente en ciencias de la vida, como es la Enfermería».
Participantes
Sendoa Ballesteros Peña
Silvia Caballero Sánchez
Silvia Cepeda Miguel
Javier González Caballero
Itziar Hoyos Cillero
Idoia Imaz Aramburu
María del Mar Lamas Mendoza
Batirtze San Martín Gamboa
Programa
Sendoa Ballesteros Peña abrió la jornada presentando una ponencia impartida en las ‘Jornadas Digitales BPSO Euskadi: el conocimiento en la práctica de los cuidados’, en la que explicó el proceso de desarrollo de la ‘Guía de Procedimiento de punción arterial para gasometría en población adulta’, de Osakidetza, que fue presentada en abril de 2021. En esa cita, el doctor enfermero mostró el “cómo se hizo” una guía de procedimiento basada en la evidencia.
Poco antes de la edición de esta guía, un estudio de los propios autores ponía de manifiesto una gran disparidad en la forma de realizar la punción arterial para gasometría entre las enfermeras. En palabras de Sendoa Ballesteros, «estos hallazgos alentaron la necesidad de revisar la literatura para establecer un procedimiento que normalizase la ejecución de la técnica. A pesar de que ya existían guías de procedimiento elaboradas por sociedades profesionales, éstas estaban realizadas sobre una base empírica. A diferencia de las anteriores, la nueva guía debería estar fundamentada en la evidencia científica más actualizada».
Para lograrlo, dos coordinadores seleccionaron a un equipo de exalumnos de Enfermería de la UPV/EHU que habían sido entrenados en revisión sistemática de la literatura y en lectura crítica durante su Trabajo Fin de Grado. Se establecieron los apartados a desarrollar, se revisó la literatura y se trasladó al procedimiento trabajando por parejas y revisando por pares. «De los resultados de este trabajo ha nacido esta guía basada en la evidencia y en la que se desmontan algunas prácticas sacralizadas por la tradición».
Silvia Caballero Sánchez habló a continuación de ‘Variaciones en las preferencias y las aversiones alimentarias de estudiantes de enfermería después de recibir la asignatura de nutrición’, aportación realizada en el VIII Congreso Internacional Virtual Iberoamericano de Enfermería.
Según declaró, «la comunidad universitaria es un colectivo vulnerable desde el punto de vista nutricional. El cambio a vivir fuera de casa y asumir nuevas responsabilidades no siempre conlleva elecciones saludables en relación con la alimentación, pudiendo provocar un aumento de peso especialmente durante su primer año de universidad. Su alimentación está condicionada por sus preferencias y aversiones, las cuales podrían ser modificadas con una adecuada intervención nutricional».
Así, el alumnado de primer curso del Grado en Enfermería de la UPV/EHU, y futuros agentes en salud, completaron un cuestionario auto-informado al inicio de la asignatura ‘Estructura y Función del Cuerpo Humano II’ (EFII) y al final de la misma (12 semanas más tarde) sobre preferencias y aversiones alimentarias. Después, se analizaron los cambios producidos en la elección de alimentos antes y después de la docencia.
«Los resultados del análisis concluyeron que la impartición de los conceptos básicos sobre nutrición en la Universidad consigue un efecto beneficioso en los gustos alimentarios del alumnado, logrando que sus preferencias alimentarias sean más ajustadas a la pirámide de la Dieta Mediterránea. Esta modificación es especialmente relevante para los futuros profesionales de Enfermería, los cuales desempeñan un papel fundamental en la promoción de hábitos de vida saludable», concluyó.
Tras la intervención anterior, Silvia Cepeda Miguel abordó el trabajo ‘Análisis de la pandemia de COVID-19 como factor modificador de estereotipos hacia la vejez en estudiantes de ciencias de la salud’, presentado en el VIII Congreso Internacional de Investigación en Salud y Envejecimiento & VI Congreso Internacional de Investigación en Salud.
Se ha señalado que el edadismo, es decir, el conjunto de estereotipos, prejuicios y discriminaciones contra las personas por cuestión de edad, podría aumentar durante la pandemia de COVID-19. El objetivo de este trabajo fue analizar si la pandemia de COVID-19 podría suponer un factor capaz de modificar los niveles de estereotipos que el alumnado de Ciencias de la Salud tiene sobre el envejecimiento.
Para ello, se llevó a cabo un estudio descriptivo transversal en la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU en el que se analizaron dos muestras de estudiantes matriculados en las titulaciones de Enfermería, Medicina y Fisioterapia en dos momentos diferentes. La primera muestra (pre pandemia) contó con 300 estudiantes que comenzaron 2.º curso en el año académico 2019/2020; la segunda muestra (durante la pandemia) estuvo compuesta por 405 estudiantes que comenzaron 2.º curso en el año académico siguiente, es decir, en el 2020/2021. Para la recogida de datos se contó con el previo consentimiento del alumnado y con la aprobación del Comité de Ética de la UPV. A fin de recoger los datos relativos a los niveles de estereotipos, se utilizó el cuestionario validado ‘Estereotipos Negativos hacia la Vejez’ (CENVE). El posterior análisis de los datos se realizó con el paquete estadístico SPSS.
Según declaró Silvia Cepeda, «no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el nivel de estereotipos entre el alumnado que comenzó 2.º curso en septiembre de 2019 y el alumnado que comenzó 2.º curso en septiembre de 2020. Por lo tanto, fue posible concluir que la pandemia de COVID-19 no parecía identificarse como un factor capaz de modificar los niveles de estereotipos negativos hacia la vejez en muestras de estudiantes de Ciencias de la Salud».
Por su parte, Javier González Caballero, vocal de la Junta de Gobierno, habló en la jornada de la ponencia que presentó en la I Jornada de la Asociación de Enfermería del Trabajo de Castilla y León, bajo el título ‘El reto de investigar en Enfermería del Trabajo. ¿Una asignatura pendiente?’.
Según explicó, «la investigación es un hecho consustancial a todo profesional que permite no sólo la reflexión sobre la realidad cotidiana donde ejerce la actividad, sino también obtener una información valiosa para su posterior aplicación. En este contexto, la investigación enfermera se define como un proceso científico que valida y mejora el conocimiento existente y genera un nuevo contenido que influye en la práctica enfermera. Desde esta perspectiva, una vez incorporada y reconocida como disciplina universitaria, las competencias de la enfermería han evolucionado hacia una posición que se traduce en un ejercicio de la profesión con plena autonomía técnica y científica. Ese ejercicio profesional no está sujeto a más limitaciones que los principios y valores incluidos en el ordenamiento jurídico y deontológico, basando los criterios de actuación en dos aspectos, la mejor evidencia científica y los medios disponibles».
«De forma complementaria» continuó detallando Javier González Caballero, «la praxis profesional se debe sustentar en dos pilares, las guías y los protocolos consensuados de práctica clínica y asistencial. Finalmente, en el logro de la eficacia y del buen hacer en materia de investigación, los principios de interdisciplinariedad y multidisciplinariedad aplicables a los equipos profesionales de la salud laboral deben constituir una máxima».
En el VI Congreso de Enfermería Escolar, Itziar Hoyos Cillero presentó el trabajo ‘Hábitos de actividades sedentarias, salud y alimentación en chicos y chicas de 14, 15 años en el gran Bilbao’. El objetivo de este estudio fue analizar las asociaciones entre un amplio rango de actividades sedentarias multimedia, la salud y los hábitos de alimentación en adolescentes del Gran Bilbao.
Los participantes fueron 247 adolescentes de entre 14-15 años de 12 centros con características socio-económicas diferentes del Gran Bilbao. Los adolescentes cumplimentaros dos encuestas en dos días diferentes: (I) acerca de sus hábitos de actividades sedentarias multimedia (tiempo dedicado a ver TV, jugar al ordenador y a la video-consola tanto entre semana como el fin de semana) y datos socio-demográficos; (II) y sobre sus hábitos de alimentación mediante el uso de una encuesta de Frecuencia de Consumo de Alimentos validada para la población adolescente en España. También se les midió y pesó, para calcular de este modo el índice de masa corporal.
Según declaró la autora, «existían asociaciones entre todas las actividades sedentarias multimedia estudiadas por separado y elementos no saludables de la dieta». Tal y como mostraron los resultados, «un mayor tiempo dedicado a actividades sedentarias multimedia parece ser un indicador de hábitos de alimentación no saludables. Esto a su vez, pudiendo ser un elemento importante relacionado con el aumento en los niveles de sobrepeso y obesidad juvenil».
Idoia Imaz Aramburu, presentó en el XIX Congreso de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología (Zahartzaroa), celebrado con el título ‘Actualizando el conocimiento y normalizando la vida’, el trabajo ‘Aprendizaje a lo largo de la vida en personas que han sido cuidadoras informales para un envejecimiento activo’.
El envejecimiento de la sociedad actual, cuya población de personas mayores de 65 años llega al 19,7% y el 30,46% padece algún nivel de dependencia (INE 2020) implica, entre otras cosas, una creciente demanda de cuidadores, en muchos casos informales. «Una estrategia que desarrolle sus capacidades y dé sentido a su vida podría ser la de fomentar el aprendizaje a lo largo de la misma, tal y como se realiza en el Grado en Ciencias Humanas de Aulas de la Experiencia de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)».
En este marco, se planteó la descripción y el análisis del perfil del alumnado de Aulas de la Experiencia que ha sido cuidador informal principal de una persona dependiente, mediante un estudio descriptivo transversal dirigido a los estudiantes de los Centros de Aulas de la Experiencia de Donostia y Bilbao, en el que, participaron 68 alumnos con una edad media de 64,58 ± 3,94 años.
Según manifestó Idoia Imaz, «los datos recabados en las encuestas reflejaron el perfil de una mujer, casada, que vive en pareja, con estudios superiores, que cobra una pensión superior a 1.401,61€ y ha cotizado por cuenta ajena, cuyo estado de salud era considerado bueno o muy bueno y respecto a los hábitos de vida cumplía las recomendaciones tanto de actividad física como nutricionales. Por lo tanto, las personas que han tenido el rol de cuidador informal consiguen mantener un modelo de vida saludable y seguir estrategias ligadas al aprendizaje a lo largo de la vida que podrían continuar estimulándolas y motivándolas a mantener un envejecimiento activo».
María del Mar Lamas Mendoza habló de su comunicación ‘Adherencia a la dieta mediterránea en estudiantes de Enfermería de primer curso’, presentado en el IV Congreso en Ciencia Sanitaria.
Se ha observado en estudios previos que el 31,5% de los estudiantes de Enfermería presenta una baja adherencia a la dieta mediterránea, patrón que se relaciona con la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. El objetivo del estudio fue describir la adherencia a la dieta mediterránea en una muestra de estudiantes de Enfermería de primero.
Un total de 153 estudiantes cumplimentaron el cuestionario. «Menos del 25% del alumnado cumplía las recomendaciones de consumo de varios grupos de alimentos. Además, presentó un bajo consumo de verdura, frutos secos, fruta y cereales y un consumo excesivo de dulces y carne procesada».
Para la autora, «el alumnado de Enfermería precisa mejorar su adherencia a la dieta mediterránea. Además, los hábitos de salud de los profesionales de Enfermería se han relacionado con las recomendaciones que hacen a los pacientes. Por ello, es necesario promover intervenciones orientadas a mejorar los hábitos alimentarios de los estudiantes de enfermería».
Por último, Batirtze San Martín Gamboa habló de su trabajo ‘La influencia de los medios de comunicación en la visión que el alumnado de Ciencias de la Salud tiene sobre los grupos más vulnerables durante la pandemia de COVID-19’, expuesto en el VIII Congreso Internacional de Investigación en Salud y Envejecimiento & VI Congreso Internacional de Investigación en Salud.
La crisis sanitaria de la COVID-19 ha generado titulares de diversas índoles, entre los cuales se destacaba la edad como el principal factor de riesgo, señalando al grupo de personas mayores como el grupo más vulnerable frente al coronavirus, algo que podía influir negativamente en la forma de ver a esas personas. «Estos titulares mostrados por los diferentes medios de comunicación han generado una gran influencia en la población general, e incluso varios estudios advertían de la posibilidad de que aumentase la discriminación hacia esas personas por esa causa, pero ¿afectaría de igual manera toda esta información en personas con un cierto nivel académico (universitario) y con capacidad y recursos de análisis crítico?».
Para dar respuesta a dicha cuestión se pasó un cuestionario a 1.013 estudiantes de Ciencias de la Salud de la UPV/EHU, concretamente entre los grados de Enfermería, Medicina y Fisioterapia, donde se les preguntaba quién consideraban que era el grupo más vulnerable y quién le hacía pensar eso.
Tras analizar los resultados obtenidos se concluyó que «los estudiantes de Ciencias de la Salud consideran a las personas inmunodeprimidas y seguidamente a las personas mayores las más vulnerables frente a la COVID-19. Esto podría ser debido a los conocimientos adquiridos durante el grado y al espíritu crítico frente a la información mostrada por los diferentes medios de comunicación durante la pandemia», explicó Batirtze San Martín.